El 1° de agosto, con el inicio de las temporadas de lluvia, los pueblos indígenas de las zonas andinas celebran el día de la Pachamama, una celebración de agradecimiento, para pedir abundancia en los meses próximos y bendiciones para los frutos que nos ofrenda la tierra.
En agosto la Pachamama prepara “su vientre” para recibir las semillas de haba, papa y maíz, y se extiende por lo general, hasta la luna nueva de noviembre en lugares fértiles de altura donde la siembra se completa con la plantación de quinoa y papa verde o lisa.
En este día se ofrenda a la tierra con semillas de árboles nativos, agua, maíz, quinoa, hojas de coca y artesanías realizadas por los pueblos originarios. En muchos lugares la celebración se acompaña bebiendo 7 tragos de caña con ruda, una medicina casera y ancestral, con el objeto de proteger al cuerpo de dolencias y malestares físicos y, también, espirituales.
Pachamama significa en quechua y aimara Madre Tierra; Pacha: mundo o tierra, Mama: madre. No se refiere únicamente al suelo, la tierra o el planeta, abarca mucho más: la Naturaleza que está en todo lo que nos rodea y en cada uno de nosotros.
La Pachamama es quien posibilita la vida, protege al ser humano, lo cobija y le permite vivir con sus aportes de agua, alimentos, reparo. A ella se le pide protección, fertilidad y fecundidad. Sin embargo, los pueblos originarios sabían que para que Pachamama dé sus frutos y bendiciones, habría que cuidarla y ofrendarle también algo. Es una relación basada en el principio de la reciprocidad.
Existen tantas maneras de agradecer a la tierra y de darle un regalo en su día - y cada día - por lo que nos brinda: podes cuidar la salud del suelo, compostar, reducir plásticos y desechos, sembrar semillas nativas o plantar un árbol, proteger nuestros bosques y fuentes de agua.
¿Qué le vas a ofrendar a la tierra en su día?
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