En tan sólo 10 años, Argentina perdió 6,5 millones de hectáreas de bosques nativos, el equivalente a todo un país como Francia.
En Semana del Árbol, hemos aprendido que trabajando articuladamente se pueden lograr grandes cosas. Hoy te queremos compartir la experiencia del trabajo con la Comunidad Guaraní llevado adelante por el Municipio de Puerto Iguazú.
El 98% del territorio de Iguazú es monte nativo, entre parque nacional, reservas y áreas municipales protegidas. Desde la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Iguazú se impulsan planes de protección y cuidado de las áreas protegidas y se establecen diversas iniciativas para la conservación del ambiente, entre ellas, los viveros de nativas.
El Municipio de Iguazú posee un vivero propio de árboles nativos, flores y arbustivas, que cuenta con un espacio de huerta. De igual modo, cuenta con otros dos viveros de nativas, uno ubicado en la Comunidad Yapú y otro en Jasy Porá.
El proyecto de forestación impulsado desde la Dirección busca generar una conexión entre las personas y la tierra para fortalecer, en el acto de plantación, el vínculo y enraizamiento de los habitantes con el territorio. Para lograr este objetivo, desde el Municipio se fomenta que los más pequeños apadrinen a los árboles y, de esta forma, crezcan a la par. Estos apadrinamientos también se realizan desde diferentes instituciones.
El apadrinado de árboles consiste no sólo en plantarlos, sino en cuidarlos, regarlos y en caso de que mueran, volver a plantar otro árbol. Lo más significativo de esta acción es que cuando las niñas y niños lleguen a su adultez podrán ver un árbol desarrollado debido a todo el cuidado que ellos le ofrecieron. Esto permite que desde pequeños conecten con la Naturaleza que les rodea.
Parte de los árboles cultivados en el vivero municipal son donados a las comunidades guaraníes para que sean plantados en sus propias comunidades y, al mismo tiempo, ellos donan plantas de su propio vivero destinadas a las áreas municipales. Cada acción de plantación de un árbol donado, es acompañada por la presencia de los miembros de la comunidad guaraní y del municipio, de esta forma, desde el cuidado de la Naturaleza, se mantiene un vínculo entre ambas poblaciones y se trabaja la integración.
Desde la cosmovisión guaraní el replantar árboles nativos permite recuperar la energía perdida de hace mucho tiempo. ¡Y es tan cierto! Los árboles son como un elemento metafísico de atracción de la Naturaleza: si el árbol es sano, por ejemplo, atrae mariposas y pájaros y otros ejemplares de fauna local. La energía de la Naturaleza se magnifica, y eso trae también beneficios para la salud, para la reducción del estrés, para el mejoramiento del suelo y de las cuencas hídricas. Los beneficios ecosistémicos son casi infinitos.
Desde la Dirección de Medio Ambiente del Municipio de Puerto Iguazú se tiene como visión la integración y recuperación de los conocimientos milenarios de la Cultura Guaraní, especialmente, la cosmovisión sobre el cuidado de la Naturaleza, presente en sus rituales y prácticas de ofrendas, de bendiciones, de agradecimiento y de intenciones. El reconocimiento del espíritu que habita en cada ser vivo está presente cuando le hablan a las plantas, las bendicen, les piden permiso antes de cortarlas. De igual modo, si cortan un árbol para leña, cuidan de plantar otros diez en retribución.
A su vez, teniendo en cuenta que históricamente los guaraníes eran un pueblo nómade, cazador - recolector, que se movía por el territorio según la disponibilidad de recursos, se promueven capacitaciones para mejoras en los sistemas de cultivo y prácticas de cuidado del ambiente sustentables con el objetivo de que las comunidades guaraníes puedan generar sus propios recursos.
Somos parte de la Naturaleza y, como ella, debemos (re)aprender a vivir en la diversidad, trabajando en cooperación y en armonía con el ecosistema que habitamos. Sólo es posible salir de la crisis socioambiental si trabajamos junt@s.
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